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Descripción

VINO ICONO SEÑA 2017

Incluye:

- 1 Unidad Vino Seña 2017 750cc
- 1 Estuche de Madera

99 Puntos James Suckling
96+ Puntos Robert Parker
97 Puntos Descorchados
94 Puntos Wine Spectator
97 Puntos Decanter
98 Puntos La Cav

Seña: Un signo para el mundo

Seña es la culminación de una visión compartida por dos familias tradicionales del vino, que unieron sus sueños y esfuerzos para dar vida al primer vino ícono de Chile.

En 1995, el líder de la industria del vino en el Valle de Napa, Robert Mondavi, y el Presidente de Viña Errázuriz, Eduardo Chadwick, crearon la primera asociación internacional en Chile. Compartiendo la misma pasión y compromiso, se embarcaron en la creación de un vino único que capturara la esencia de la uva y el espíritu de la tierra. Un vino que sería el primer vino icónico de Chile, capaz de mostrar el pleno potencial de Chile y ser reconocido, con el tiempo, entre los vinos de primera categoría del mundo. Lo llamaron Seña, como un signo para el mundo de que Chile era capaz de producir un vino verdaderamente grandioso y de clase mundial.

Uniendo sus espíritus innovadores y su pasión por la excelencia, buscaron durante cuatro años el terroir perfecto, hasta que finalmente descubrieron las hermosas laderas de Ocoa, en el Valle de Aconcagua, a solo 40 km del frío Océano Pacífico, con orientación noreste hacia el Monte Aconcagua. Los Andes y el Océano Pacífico proporcionan un clima único que asegura la combinación ideal de días cálidos y soleados con noches frescas. En 1997 lanzaron Seña 1995, un blend único de estilo Bordeaux con un alma muy chilena, gracias a su variedad de Carmenere, cultivada bajo principios biodinámicos.

Este primer vino ícono marcó un hito en la historia de Chile y allanó el camino para el surgimiento de otros vinos Ultra-Premium en el país, ayudando a Chile a ser reconocido entre las denominaciones de clase mundial.

SEÑA 2017

De gran cuerpo, un Seña de mucha riqueza y fuerza con impresionantes y potentes taninos,
y a la vez armonioso y equilibrado. James Suckling, premiando con 99 points a Seña 2017, Abril 2019.

“Los aromas de moras, cedro, sándalo y té negro son irresistibles. Aceitunas negras. Un trasfondo de romero y salvia. De gran cuerpo, un Seña de mucha riqueza y fuerza con impresionantes y potentes taninos, y a la vez armonioso y equilibrado. Frutal. Ligeramente crujiente. Un vino fresco y energético en un año cálido.”
James Suckling, Abril 2019.

“De un brillante rojo granate con hermosos destellos violeta, la cosecha 2017 de Seña se va abriendo en un despliegue de atractivos aromas a arándanos, cerezas, algo de clavo de olor, violetas y casis, enmarcados por suaves notas a repostería y un dejo final a regaliz. En boca es jugoso, muy fresco y vivaz, con suaves taninos que dan soporte y estructura a un vino de gran persistencia y personalidad, y que envejecerá muy bien con el tiempo. Esta es quizás una de las versiones más completas y rotundas de Seña que hemos elaborado hasta ahora.
Francisco Baettig, Enólogo.

FICHA TÉCNICA

Ensamblaje
52% Cabernet Sauvignon
15% Malbec
15% Carmenere
10% Cabernet Franc
8% Petit Verdot

Guarda
22 meses
Barricas de roble francés
(70% nuevas)
20% Fudre (Stockinger)
Alcohol 13.5% by vol.
Acidez Total 6.19 g/l
pH3.44
Azúcar residual 2.55 g/l

NOTAS DE VENDIMIA

Días cálidos y soleados marcaron la temporada 2017. Sin embargo, gracias a su privilegiada ubicación en el Valle de Aconcagua –a solo 40 kilómetros del Océano Pacíco- las frescas brisas provenientes de la costa moderaron las temperaturas. Esta combinación de factores permitió a Seña alcanzar una madurez perfecta con un balance único entre concentración y potencia, y a la vez elegancia, tensión y frescor.
Desde el inicio de la temporada hasta el 30 de julio, los suelos de nuestro viñedo Seña se abastecieron plenamente con generosas reservas de agua que totalizaron 282 mm, todas concentradas en invierno, mucho más que el promedio histórico para este mismo período de 180 mm.
Los meses siguientes continuaron con una primavera seca, con temperaturas promedio mayores a la media en agosto y septiembre, derivando en una brotación que se adelantó en 15 días. La oración también se adelantó en 10 días debido al incremento de un 18% en la suma térmica de noviembre.
Continuando con esta tendencia, una pinta perfectamente homogénea comenzó 15 días antes de la fecha histórica, dada la mayor acumulación térmica desde octubre a enero.
El verano también estuvo acompañado de altas temperaturas. Esto, sumado a los bajos rendimientos, 34% menos que las producciones promedio históricas (los cuarteles de Cabernet Sauvignon promediaron 3,2 Ton/ha, mientras los de Carmenere promediaron 3,8 Ton/ha) dieron paso a una vendimia temprana.
El seguimiento y control de la madurez y la decisión de cosecha, la cual se adelantó 20 días comparada con las fechas históricas, fue fundamental para preservar el frescor y estilo elegante de nuestro vino Seña.
Una vez finalizada la temporada, pudimos concluir que la madurez de las pieles se desarrolló maravillosamente, junto con una intensa concentración de sabores. Seña 2017 posee un delicado balance entre potencia y elegancia; taninos maduros, redondos, pulidos y de grano muy fino, junto con una complejidad y frescor que auguran un sorprendente potencial de guarda.

FERMENTACIÓN Y GUARDA

Las uvas se cosecharon a mano durante la mañana y fueron transportadas a la bodega en cajas de 12 kilos donde fueron cuidadosamente inspeccionadas sobre una mesa de doble selección para eliminar material vegetal y bayas defectuosas. 75% de las uvas fermentó en tanques de acero inoxidable y 25% en tanques de concreto a 23° - 28°C
(73°-82°F), dependiendo de la variedad y el nivel de extracción deseado. Se realizaron tres remontajes diarios a fin de rotar de 0,5 a 1,5 veces el volumen del tanque. El tiempo total de maceración uctuó entre 12 y 30 días para el Cabernet Sauvignon, Carmenere, Malbec y Cabernet Franc, y entre 8 y 12 días para el Petit Verdot, de acuerdo al desarrollo de cada cuartel vinificado. La mezcla final se guardó por 22 meses en barricas de roble francés (de las cuales un 70% eran nuevas) y el restante 20% en fudres, tiempo durante el cual la fermentación maloláctica y estabilización ocurrieron naturalmente.